El poder de las infusiones como método para adelgazar

Muchas personas saben (aunque otras no) que las infusiones eran muy usadas para tratar dolencias. Todavía hoy hay mucha gente que defiende el uso de las infusiones, pues al contrario que los medicamentos, las infusiones son naturales, no tienen tantos efectos secundarios y son muy beneficiosas para la salud.

En este blog vamos a usar mucho las infusiones como complemento en muchas dietas, ya que además de saciar el apetito favorece la digestión. En la actualidad una práctica muy usual es mezclar diferentes plantas para lograr sabores diferentes, así como, una mayor eficacia terapéutica.

Así se prepara una buena infusión

Dicen los expertos que una infusión bien echa no debe llegar nunca a hervir. Esta (según ellos) es la mejor forma de preparar una infusión (hazlo y nos dices que tal salió):

1. Utiliza un cazo o una cazuela que no sea de aluminio y pon a hervir la cantidad de agua que indique la receta (suele ser una dos cucharadas por taza), calculando las tazas que vayas a tomar al día.
2. Calienta hasta que empiece a hervir y luego apaga el fuego (no tiene que hervir mucho el agua para la infusión, recuerda lo que dicen los expertos). 
3. Echa en este mismo instante la planta indicada para la infusión. 
4. Remueve bien, tapa y deja reposar unos minutos, o el tiempo indicado en la receta para que así la infusión coja el sabor de las hierbas. 
5. Cuela y guarda la infusión tapada. Cuando vayas a tomarla caliéntala ligeramente, pero sin que llegue a hervir.

También la puedes preparar echando el agua caliente sobre las plantas que hayas puesto en un colador, aunque con este método, el contacto con el agua es mínimo y puede resultar insuficiente para extraer los principios activos de las plantas (yo prefiero dejar reposar la infusión para que así coja más sabor).

¿Cómo te ha salido la infusión? ¡Cuéntamelo en un comentario!
PD. Infórmate de los beneficios de diferentes plantas para hacer tu infusión.