Siempre que se prolongue (el ayuno) más de dos días seguidos será necesario el
control médico. Durante el ayuno se pierde peso, pero este peso
corresponde tanto a las reservas de grasa como al tejido muscular. Si se
prolonga durante varios días el tono muscular decae, aunque el corazón,
el cerebro y el sistema nervioso no se ven afectados. A menudo, el
mismo cuerpo reacciona con sueño, especialmente durante los primeros
días (debido a la falta de alimento y que no está preparada). No se recomienda a personas que sufran estrés, resfriados, estados
de ánimo depresivos o que tengan demasiados problemas, ya que podría
debilitarles todavía más.
El principal objetivo del ayuno no es adelgazar sino depurar el cuerpo de toxinas.
En los primeros días el cuerpo elimina toxinas en forma de grasa y
agua, mucosidad, granos, forúnculos, expectoraciones y orina cargada.
Otra de las funciones del ayuno es contribuir a liberar al organismo de
dependencias.
Normas del ayuno
- Consiste en la exclusiva ingestión de líquido. Las personas más capaces sólo beben agua y algunas infusiones.
-
Antes es imprescindible efectuar una fase preparatoria que ayuda a
acomodar de manera progresiva el estómago a los líquidos, y después una
fase final, para reincorporar la comida sólida. El retorno a la
alimentación después de haber pasado unos días en ayuno se inicia a base de sopas con pasta, frutas y verduras,
cereales, pan integral o queso tierno. La fase de regreso a la
alimentación sólida se prolonga durante el mismo tiempo que haya durado
el ayuno. El estómago se ha empequeñecido y ha de volver a
acostumbrarse, poco a poco, a abrirse y reanudar el trabajo.
- El
proceso total puede durar entre dos y tres semanas. La preparación y
fase final son tan importantes como el ayuno. Cuando no se realiza la
fase preparatoria, el cuerpo demanda todos aquellos alimentos y vicios a
los que se ha acostumbrado, un ejemplo, si de un día para otro dejara de tomarse
café, quizá aparecerían agudos y prolongados dolores de cabeza.
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