miércoles, 11 de septiembre de 2013

LA COMPRA: EL PRIMER PASO PARA UNA DIETA SANA

El primer paso para comer bien y de manera saludable es tener una mínima información y seguir a diario unas normas  básicas dentro de nuestros hábitos alimentarios.

Tener en cuenta unas cuantas normas como las siguientes puede evitar comprar inútiles o poco recomendables.
Vaya siempre a la compra con una lista hecha.  No hay que olvidar que los comercios y sobre todo las grandes superficies, están preparadas y diseñadas para que usted compre mucho más de lo que necesita, lo que se traducirá a menudo en la compra de alimentos superfluos e incluso poco sanos.
Tenga en cuenta los dias y las personas que comeran en casa. Muchas dietas desequilibradas tienen su origen en una mala planificación, de manera que una compra excesiva equivaldrá en muchos casos a una ingesta excesiva.
No compre lo que le perjudica de forma clara. Una buena manera de regular una dieta para adelgazar, es evitar la compra sistemática de alimentos a los que tenemos especial adicción a pesar de que nos son perjudiciales. Si se padece sobrepeso , diabetes, enfermedades cardiovasculares, es evidente que hay una serie de alimentos  que es preciso olvidar aunque sean apetecibles. Los pastelitos, snacks, embutidos y patatas fritas están claramente dentro de este grupo de alimentos. 
Incluye en la cesta de la compra algunos picoteos sanos. En la misma linea de lo anterior, es recomendable que nuestra cesta de la compra incluya siempre picoteos y tentempiés improvisados a ser posible mas sanos que los habituales. El queso o el embutido con poca grasa, la fruta y los frutos secos son buenos ejemplos de picoteos más recomendables y a la vez apetecibles. Hay que cuidarse, no castigarse. 
Compre por calidad y no por precio. A menudo se cree que un alimento más caro es más sano, y no siempre es verdad. Una sardina fresca de excelente calidad es mejor que un lenguado recongelado ; una fruta del tiempo y local fresca es mejor que un fruto exótico de procedencia dudosa. 
De la misma manera, hay que ser cautos con los alimentos excesivamente baratos y con las ofertas, pues a menudo pueden esconder alimentos de calidad ínfima.  
Elija preferentemente los envases mas pequeños. No son los más económicos, desde luego, pero los envases individuales presentan un montón de ventajas. Entre ellas, el que son más higiénicos e invita a ingerir una cantidad más

 

racional de alimento. Las mermeladas, la mantequilla, el queso, el chocolate, etc., son alimentos candidatos a una compra en envase pequeño. 
Mire el envase y la etiqueta de los productos. A la hora de la compra hay que mirar el estado del envase y leer la etiqueta de los productos. Rechace las latas abolladas, los congelados con la bolsa agujereada y los paquetes con la etiqueta rota. Asimismo ,es muy sano leer las etiquetas y verificar la composición, el peso y la grasa que contiene. 
Mire el estado del producto, especialmente del fresco. Es importantísimo, sobre todo cuando se trata de carne o pescado, observar con atención que estamos comprando. Ya sabe, por ejemplo, que el pescado debe tener un olor no desagradable ni amoniacado, branquias rosadas y ojos brillantes y abombados; o que las verduras no deben tener manchas ni agujeros. 
Compre carne y  pescado ya envasado solo en establecimientos de confianza, pues el envase dificulta la total inspección del alimento.  
Compre en establecimientos de calidad. Aunque parezca una obviedad, es importante que el establecimiento que elijamos sea de calidad. A menudo nos dejamos guiar por los precios, la comodidad de la ubicación, la estética del establecimiento... y en temas de alimentación es mejor no hacer ahorros inútiles porque repercutirán inevitablemente en nuestra salud. 
 

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